FBC MELGAR: RECUERDOS GRATOS

UNA REMEMBRANZA DE EL "CHE" EMILIO CAMPANA

Melgar se debate, como lo ha sido en los últimos años, en una mediocre campaña en la que pelea "por nada". Sin embargo, siempre habrá motivos para sonreir. Aquello de "todo tiempo pasado fue mejor", no es broma. Somos un país romántico y los arequipeños no somos la excepción. Por ello, cada vez que se critica las intrascendentes temporadas que ha tenido el "dominó" saltará el recuerdo de aquel equipo que le dio la alegría más grande al fútbol arequipeño: Ser campeones nacionales.

Por ello, nos tomamos el atrevimiento de replicar textualmente el artículo que hoy Dechalaca, a través de su columnista José Augusto Giuffra, publica en torno a uno de esos protagonistas de "aquellos años maravillosos": Emilio Campana. Lea y disfrute; y si desea, emociónese.

Legales e Ilegales: Campana que más dobló

Llegó de Argentina, desde donde muchos suelen venir sin ton ni son. Con el tiempo, su nombre comenzó a resonar al pie del arco y al pie del Misti. Este es Emilio Campana, el golero de aquel Melgar campeón de 1981.
Jorge Emilio Campana Pintos nació en Buenos Aires el 21 de noviembre de 1947. Como todo niño, le gustaba hacer goles, por lo que en sus "picados" de barrio, como se llama a las pichangas en Argentina, jugaba de delantero. Pero no tenía muy afinado el olfato goleador, por lo que con el tiempo descubrió que su verdadera vocación era evitar los goles y no meterlos.

En uno de esos partidos barriales, el portero de su equipo se lesionó y Campana tuvo que cubrir su puesto. No lo dejaría más. A los 18 años llegó al Sacachispas de Buenos Aires, habitual habitante de la Primera C argentina y de cuyas canteras han surgido figuras como Humberto 'El Bocha' Maschio o nuestro conocido Eduardo Luján Manera.

Parrilla con Ocopa
Con 26 años, Campana llegó al país en junio de 1974. Y lo hizo directamente al lugar que lo adoptaría como un mistiano más: Arequipa. El Piérola FBC, que ese año jugó por única vez en la máxima categoría, lo recibió para albergar su portería.

Tras el descenso del equipo ardilla, Campana fue tentado por Melgar, que lo contrató la temporada siguiente. Así comenzó a sonar su nombre en el medio a ritmo de yaraví; a querer al Perú y a Arequipa, de donde serían a la postre originarios su esposa e hijos.

Sus primeras temporadas en el elenco mistiano no hablaron de la calidad que después mostraría Campana en el arco. De hecho, disputó el puesto con el arequipeño Reynaldo Rivero y con Jesús Oviedo. Paso a paso logró volverse un pilar en la defensa gracias a sus características, entre las que sobresalían el arrojo y su don de mando. El argentino era el típico golero al que le gustaba arrojarse sobre los pies del rival para cortar las acciones de peligro.
Resonando en el Misti
Casi comenzando 1977, Campana recordó sus facetas infantiles. En un partido contra el Deportivo Junín jugado el 2 de enero, más de la mitad del cuadro rojinegro se rehusó a jugar supuestamente por los acostumbrados problemas de pago de nuestro fútbol. Así, Campana cambió la polera de color entero por la dominó y salió a jugar en la punta derecha junto a Alberto Argote y Víctor Gutiérrez, mientras bajo los tres palos quedaba Jesús Oviedo. Lo singular de este cotejo no quedó allí: Campana se dio el lujo de anotar el empate transitorio para Melgar al inicio del complemento, aunque finalmente no pudo evitar la derrota 2-4.

Para 1979, Campana se fue a jugar brevemente a Municipal, donde la suerte no lo acompañó. Se sentía más cómodo al pie del Misti y pegó el regreso. Vaya si lo esperaban tiempos mejores. Después de una pobre campaña en 1980, Melgar se revitalizó para la temporada siguiente. Campana alternó regularmente en la valla arequipeña gozando de la confianza del técnico Máximo Carrasco, alternando en ocasiones el puesto con el suplente Armando Succlla. Así, los rojinegros llegaron lejos en el Regional, en el que se cayeron en semifinales al perder la eliminatoria directa con Universitario (derrota en Lima 2-0 y victoria en Arequipa 1-0).
El día cuando doblaron
Llegó finalmente el Descentralizado, en el que las últimas fechas serían las claves para lo que ocurriría después. La victoria en Lima ante la 'U' por 1-2 fue primordial en la lucha palmo a palmo que sostenían el 'Dominó' con los cremas por la punta, vendrían en seguidilla, después, las victorias en Arequipa ante el Alfonso Ugarte por 2-1 y en Huancayo ante el Junín por 0-1. Finalmente, Melgar derrotaría a Alianza Lima en la penúltima fecha por 3-1 -golazo de Genaro Neyra- para llegar al partido final contra Sporting Cristal.

A Melgar le bastaba un empate ante los cerveceros para ser campeón. La 'U' metía presión ya que había ganado en el preliminar, y casi la totalidad de los 36 mil espectadores presentes en el Nacional esa noche hinchaba por los cremas y por ende, por los celestes. Sin tapujos, bajó de las tribunas el cántico: "Perú, Perú", como queriendo decirles algo a los arequipeños.

Pero sin complejos y como dueños del José Díaz, los mistianos se pusieron en ventaja rapidamente con gol de Genaro Neyra a los 12’. Cristal, que con Héctor Chumpitaz, Rubén Toribio Díaz, Ramón Quiroga, Oswaldo Ramírez y Julio Cesar Uribe, entre otros, había realizado una campaña opaca, ese día jugó un gran partido. A los 33’ llegó una jugada clave: Campana sufrió una atropellada del puntero Eloy Ortiz y cayó por tierra. El golero se levantó y reaccionó con un cabezazo que impactó en el rostro del rimense. El árbitro Edison Pérez Núñez no tuvo más remedio que enviarlo a las duchas.

La expulsión obligó a Máximo Carrasco a incluir a Suclla, quien a los 41’ sufriría el gol del empate de Uribe. Igual, la resistencia rojinegra fue férrea y el pitazo final llegó luego de nueve minutos de adición. Arequipa, que vio el partido en vivo y en directo vía satélite, tuvo aquella noche del 31 de enero de 1981 una fiesta irrepetible. Y a su regreso al aeropuerto Rodríguez Ballón, Campana, a despecho de la expulsión, fue cargado en hombros por la multitud en agradecimiento a todo lo que había hecho durante el año.



El día después
En la Libertadores, Campana atajó los tres primeros partidos, todos en Arequipa: victoria 2-1 sobre Municipal, derrota 0-3 ante Olimpia de Asunción y victoria 3-2 sobre el Sol de América. Luego de ello, Carrasco decidió darle la titularidad a Jesús Oviedo, quien atajó los partidos de vuelta, en los que se consumó la eliminación rojinegra.
En 1983 la proeza melgariana casi se repite. Después de haber liderado el Descentralizado, el 'Dominó' llegó a la liguilla final con 3 puntos de bonificación que no supo defender, y perdió el título justamente ante Cristal. Campana fue titular durante la campaña, pero para la Copa ante los venezolanos -en la que los rojinegros perdieron cinco partidos de seis jugados- fue otra vez relegado al banco para darle paso a Succlla.

Campana, igual, no se movió del Perú. Su último paradero fue el Alfonso Ugarte de Puno en 1985, como fin de un gran ciclo. Posteriormente se quedó en Arequipa y llegó a dirigir al Atlético Universidad, y más recientemente a la Academia Transportes del Carpio, que ha sido animador en las últimas temporadas de Copa Perú. Además, es un infaltable en los partidos homenaje que suelen jugar los viejos héroes de 1981 en diversos distritos arequipeños. Y es que cuando las campanas alguna vez doblaron al pie de un volcán, el eco resuena para siempre. (Haga click en las imágenes para ampliar)

Tomado de: Dechalaca.com

Escrito por: José Augusto Giuffra